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Es una herida que aparece en la parte más superficial del ano, generalmente en la zona media posterior. Son muy frecuentes en la población general y no se deben confundir con otras patologías como fístulas o hemorroides.
Se llaman fisuras agudas cuando tienen 2-3 semanas de evolución, o crónicas si han pasado más de 3 semanas, y de esto dependerá el tratamiento.
¿Qué síntomas produce?
Los principales síntomas son el dolor en el ano y el sangrado que aparecen durante la deposición. Puede verse sangre en el papel de baño o algunas veces tener un goteo unos minutos después de haber terminado la deposición.
¿Por qué se produce?
La fisura anal aparece por un trauma repetido en la zona anal, casi siempre como consecuencia del paso de heces muy duras, por lo que es muy frecuente en personas estreñidas. Esto produce un espasmo en el músculo del esfínter que se contrae de forma constante y hace aún más difícil la defecación. Además dicho espasmo hace que llegue menos sangre a la zona de la herida, lo que impide que cicatrice adecuadamente.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento dependerá del tiempo de evolución.
Las fisuras agudas suelen tratarse con medidas locales como analgésicos en crema en la zona del ano, baños de asiento en agua tibia, y cambios en el hábito dietético y de las deposiciones.
Si no hay mejoría con estas medidas o si ya es una fisura crónica suele usarse otro tipo de medicación para relajar el espasmo del músculo del esfínter y ayudar a que la herida tenga tiempo de cicatrizar.
La cirugía es el último escalón, y solo se opera cuando no ha habido mejoría con ninguna de las opciones anteriores. La intervención suele consistir en realizar un corte del músculo del esfínter para así lograr revertir el espasmo del mismo y ayudar a cicatrizar la fisura. Si la causa no es la hipertonía anal, es necesario realizar un colgajo con la piel sana circundante para cubrir la herida que no cierra.